Eurotaxi en Madrid, un servicio a medio gas
Kenjy no pudo participar en una carrera porque el eurotaxi nunca llegó a recogerle a pesar de que los organizadores de Aspace Madrid estuvieron intentando contratar el servicio durante más de una hora. Cristina acudió a su cita de trabajo con un estado de ansiedad insoportable porque el eurotaxi tampoco pudo recogerla a la hora necesaria, a pesar de las insistentes llamadas y gestiones que tuvo que realizar. Javier, también de Aspace Madrid, nos cuenta que el año pasado se quedó tirado en un par de ocasiones, incluso llamando con un día de antelación al servicio de eurotaxis. Como ellos, muchas personas con problemas de movilidad están denunciando desde hace meses la quiebra de un derecho, el incumplimiento de una norma o la insoportable pesadez de un servicio imprescindible.
“Desde hace meses, al menos desde verano de 2022, nos llegan reclamaciones de usuarios que cada vez tienen más complicaciones para encontrar un eurotaxi; antes de esto, incluso me decían que era fácil encontrarlos por las calles de Madrid en alguna vía principal; era un servicio fácil y accesible”, asegura Yolanda Hernández, directora de Aspaym Madrid.
Es cierto que hace apenas unos años nadie podía imaginar lo que ocurre estos días. En 2019 se había alcanzado la cifra de 564 licencias de eurotaxis; “era un sistema modélico, porque hubo un incremento importante de vehículos accesibles, aunque no llegaba al 5% que establece la normativa, pero funcionaba razonablemente bien”, señala Óscar Moral. Sin embargo, en la actual situación “volvemos a un descenso progresivo que nos puede llevar a un servicio casi inoperativo”, denuncia con cierta desesperación, e incomprensión.
A finales de 2023 las licencias bajaron hasta 435, cuando en enero del año pasado todavía quedaban 479 licencias. En solo unos meses, en 2023, se han perdido más de 40 licencias de eurotaxis.
¿Movilidad sostenible?
Pero ¿a qué se debe este descenso vertiginoso en el número de licencias? Según los testimonios recogidos por este diario hay varias razones que explican el deterioro de un servicio necesario en Madrid, pero una de ellas figura como detonante de esta situación.
Desde finales del año 2021, con la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible de Madrid, las condiciones de movilidad han cambiado para todos. En el caso de los eurotaxis el giro definitivo se producirá a finales de 2024, ya que a partir del 1 de enero de 2025 se acaba la libre circulación de los coches sin etiqueta empadronados en la capital, por lo que ningún coche sin distintivo ambiental podrá circular por las vías públicas y urbanas del municipio de Madrid. El eurotaxi también debe cumplir esta norma, no hay excepción para ellos, a pesar de que una moratoria en estos casos podría contribuir a paliar el deterioro del servicio. En la actualidad, apenas 15 eurotaxis tienen etiqueta ambiental.
“Si hay que modificar la ordenanza de movilidad o algún otro tipo de norma para que haya una moratoria o una seguridad de que se cumpla el servicio, que se haga”, reclama Óscar Moral. Si no se soluciona antes, según los cálculos que hacen desde las organizaciones de la discapacidad, es posible que en 2025 queden tan solo esas 15 licencias de eurotaxis en la ciudad. Yolanda Hernández afirma que “estamos intentando cumplir con las normas de medio ambiente, de acuerdo, pero para solucionar un problema están creando otro”. ¿Es sostenible esta situación?
Ayudas que se convierten en obstáculos
Una de las medidas que impulsó el consistorio para facilitar la movilidad sostenible medioambientalmente fue la concesión de ayudas en el sector del taxi para aquellos que decidieran adquirir un vehículo ECO o 0 emisiones, de tal manera que, como asegura Yolanda Hernández, “las personas que tienen eurotaxi, cuando finaliza su licencia y tienen que renovarla, prefieren un vehículo de taxi normal con condiciones ECO o Cero emisiones, porque tienen ahora los mismos derechos que tienen los eurotaxis y una serie de ventajas frente al eurotaxi”.
Y explica que un taxi que no es accesible cuesta menos, gasta menos combustible porque el eurotaxi es más grande y el usuario con silla de ruedas pesa también más y el taxista dedica más tiempo al usuario con discapacidad y prefiere vehículos con los que pueden hacer más trayectos. Además, otro de los incentivos del ayuntamiento de Madrid para los coches eléctricos es que pueden trabajar los 7 días de la semana, algo que antes solo podían los eurotaxi. Finalmente, la compra, el seguro, los repuestos y el mantenimiento de estos vehículos accesibles implica costes mucho más altos.
Entre los incentivos del eurotaxi, figuraba uno que les permitía trabajar todos los días del año durante 16 horas, pero esta concesión ha sido otorgada también a los nuevos vehículos ECO o 0 emisiones. “Han utilizado el mismo incentivo para que los taxistas se pasen a un taxi eléctrico, que sale bastante más barato que un taxi accesible; diría yo que puede ser como mucho 20.000 euros cuando el eurotaxi podrían ser unos 40.000”, se lamenta Javier Font, presidente de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA).
Las nuevas condiciones solo han beneficiado a los taxis convencionales y han provocado que muchos profesionales decidan optar por la nueva movilidad de los coches ECO o 0 emisiones, que difícilmente pueden ser adaptados.
Y esta es otra de las complicaciones de la crisis que puede acabar con un servicio necesario para muchas personas. De hecho, los fabricantes también han apoyado las reclamaciones del sector de la discapacidad pues las condiciones para que un vehículo accesible sea ECO o 0 emisiones, todavía no se dan de manera suficiente.
Según Yolanda Hernández, “no existen vehículos ECO para la conducción de personas con movilidad reducida; existen dos modelos, pero tienen una capacidad de batería insuficiente para circular todo el día por Madrid, por eso se pide desde las entidades y los propios fabricantes una licencia para que los eurotaxis puedan mantener vehículos de combustible mientras no existan los vehículos ECO con las condiciones necesarias para funcionar como eurotaxis”. Concluye que “ahora mismo no es posible pues solo existe un modelo que cumple esas condiciones, pero su coste puede ascender a los 50.000 euros”.
En este sentido, apunta el presidente de CERMI Madrid, “es verdad que el ayuntamiento ofrece subvenciones, pero eso tampoco está teniendo los efectos esperados y por otra parte en Madrid no se cumple el porcentaje del 5% obligatorio y eso sí le corresponde al ayuntamiento, crear mecanismos para obligar a que las nuevas licencias o las ya existentes no se pierdan y continúen prestando el servicio como taxis accesibles”.
Gestión deficiente e incumplimiento normativo
Si la situación ya es grave con lo apuntado anteriormente, quedan pendientes otras cuestiones que terminan de lastrar el problema. Una de ellas hace referencia al uso que hacen los profesionales con licencia de eurotaxi. Muchos usuarios han denunciado que algunos eurotaxis no cumplen con la prioridad de dar servicio a las personas con movilidad reducida y se dedican a otro tipo de servicios, como el traslado de grandes grupos a aeropuertos o estaciones. Algunos taxis han prescindido incluso de la rampa y no funcionan ya nunca como vehículo accesible.
Por último, apunta Óscar Moral, “algo que lleva ocurriendo en los últimos tiempos es que las emisoras han eliminado la posibilidad de reserva anticipada de los vehículos accesibles, que sí se podía hacer antes, por eso ahora gestionar el día a día para las personas usuarias de este servicio es bastante complicado o imposible, no tienes seguridad de disponer del eurotaxi pues tienes que llamar en el mismo momento que lo necesitas”. En este sentido, el ayuntamiento advierte de que no le corresponde la regulación de los servicios de intermediación, que requiere norma de rango legal y por tanto podría ser tanto la comunidad autónoma, que tiene las competencias transferidas, o a nivel estatal.
De esta manera, lo que ocurre en muchos casos, como contaban Kenji o Cristina, es que los usuarios nunca tienen la seguridad de llegar donde deben o quieren, porque ya nadie les permite reservar el servicio con antelación y cuando llaman para pedirlo a la hora necesaria, no encuentran un eurotaxi. Lo que está ocurriendo en esta situación es discriminatorio a todas luces, pues el servicio de reserva sí lo puede disfrutar cualquier persona en las emisoras de taxi, salvo los que requieren vehículo accesible.
Javier Font insiste en las dificultades que implica esta decisión de las plataformas y asegura que “el de los eurotaxis es un servicio bastante deficiente y un problema importantísimo; ahora mismo no hay una regulación que obligue a las emisoras a controlar los servicios de eurotaxi y, en consecuencia, si quieren dan o no dan el servicio de manera prioritaria, como así están obligados, a personas con movilidad reducida”.
Sin respuesta institucional
Al otro lado no hay apenas señales. Afirma Font que esta deficiencia en el servicio persiste sin que nadie los escuche: “lo hemos pedido a la consejería, y al ayuntamiento de Madrid, aunque por sentencia compete a la consejería, es la encargada de regular el control de las emisoras”. Explica el responsable de FAMMA que “si el ayuntamiento quisiera saber qué servicios se dan, qué no se dan, por qué se rechazan, no tiene medios para reclamar a la emisora esa información, sin embargo, hay una sentencia del Tribunal Superior de Justicia que establece que el ayuntamiento no puede pedir esa información porque no hay una herramienta que regule esa información y por lo tanto lo prioritario es la regulación de la norma”.
Finalmente, Javier Font resume en pocos puntos las medidas más urgentes que pueden mejorar el servicio: más ayudas para la compra o el pago de los servicios al taxista; control de las emisoras por parte de la Administración para mejorar la gestión con la obligación de dar información sobre la prestación del servicio, y reducción de los días de trabajo a los taxis convencionales y mantener a los eurotaxis los siete días.
Por su parte, Óscar Moral advierte: “quien tiene las herramientas para transformar esta realidad es el ayuntamiento, solo en una cosa no tienen competencia, que es la regulación de los intermediarios”. Señala también que “el ayuntamiento dice que no puede regularlo, y normativamente es así, pero al mismo tiempo debería ejercer una mayor obligación legal en cuanto al cumplimiento de la reserva, sobre todo con licencias nuevas o cambio de licencias; en definitiva, debe tener una mayor autoexigencia y el ayuntamiento sí puede controlar que se esté prestando ese servicio prioritariamente a personas con discapacidad y también seguir con subvenciones o ayudas a vehículos accesibles”.
El argumento de los taxistas es que no les compensa el servicio del eurotaxi y prefieren otro tipo de vehículos y según explica Yolanda Hernández, “la queja de los eurotaxistas es que el ayuntamiento no hace nada por favorecer a la flota de vehículos accesibles ni que se renueve la licencia”. Desde hace tiempo su interés parece más centrado en el fomento del vehículo ECO.
En una reunión con los responsables del servicio del consistorio, Aspaym Madrid trasladó al ayuntamiento todos estos problemas, incluso de la mano de los fabricantes, con propuestas, como la que se presentó en Málaga, con la modificación de la ordenanza para que los eurotaxis pudieran tener más tiempo de vida útil, con una moratoria especial. “Hasta ahora, lo que hemos encontrado por parte del ayuntamiento ha sido silencio”, afirma Hernández. Tan solo responden “estamos trabajando en ello, pero no sabemos nada más de soluciones al respecto”.
Javier Martínez recuerda los Juegos Olímpicos de Londres 2012, cuando la ciudad decidió comprar un único modelo de vehículo para el servicio de taxis, todos accesibles. Si en Madrid decidieran algo así, Kenjy Alcas no tendría que volver a casa, por la noche, solo en su silla de ruedas porque no encuentra ningún eurotaxi, como ocurrió hace poco.
Cristina Martín, por su parte, denuncia también la imposibilidad de establecer convenios de algún tipo entre las asociaciones y las plataformas de taxis para asegurar el servicio y, en definitiva, el sobrecoste que supone un eurotaxi, si finalmente lo consiguen, y más en las condiciones actuales con las complicaciones añadidas.
Blanca Abella